Un blanqueamiento dental es un tratamiento odontológico, por el que puedes modificar el color natural de los dientes haciéndolos más claros. Debe ser efectuado por un odontólogo colegiado, que será quien haga la revisión y controle los requisitos previos de salud que debemos cumplir.

Hay diferentes tipos de blanqueamiento.

El más realizado es el externo, que se realiza aplicando un gel blanqueante sobre la superficie de los dientes de diferentes formas:

- Blanqueamiento clínico: El paciente acude a la clínica y se aplica sobre los dientes (con las encías protegidas) un gel que puede ser o no fotoactivado. En tan sólo una sesión de aproximadamente una hora se consiguen aclarar hasta 2 tonos.

- Blanqueamiento ambulatorio: Previamente, se prepara un juego de férulas hechas a medida de la boca del paciente en las que se aplicará el producto blanqueador que proporciona el odontólogo. Se obtienen resultados buenos pero siendo constantes.

- Combinado: Se combina la técnica de clínica y la ambulatoria. Se consiguen resultados mejores y más duraderos.

El blanqueamiento interno se emplea en dientes que se han oscurecido tras una endodoncia. Suelen ser dientes más oscuros que el resto. El agente blanqueador se deposita dentro del diente.

Los blanqueamientos dentales son tratamientos temporales. Si se blanquea un diente, con el tiempo volverá a oscurecerse (no como al estado inicial pero sí se oscurecerá).

Para que ese grado de blanqueamiento perdure en el tiempo se deberán tomar medidas de mantenimiento, incluso, con el tiempo, algún retratamiento. Hay alimentos y bebidas que influyen en el color de los dientes antes, durante y después del blanqueamiento. Debemos evitar bebidas que manchen (café, vino tinto, té, refrescos de cola…) También debemos evitar fumar ya que el blanqueamiento puede ser mucho menos eficaz. Es imprescindible un buen mantenimiento de la higiene oral.

El blanqueamiento dental es un tratamiento inocuo siempre que se siga el protocolo correcto y se realice supervisado por un odontólogo.

El efecto adverso más común es la sensibilidad dental. Habitualmente es momentáneo y se soluciona de forma espontánea. En ocasiones es necesario hacer algún tipo de medida, ya sea referente a modificar la pauta de tratamiento o utilizar colutorios o pastas dentífricas que colaboren en hacer que la sensibilidad se atenúe y llegue a desaparecer.